Esto de aparentar…

aparentar la felicidad,

la más triste realidad,

pero, aun así, la más común.

 

Este mundo de apariencias…

donde siempre nos han dicho que engañan,

pero al parecer no hacemos mucho por descubrir verdades,

es más fácil ser parte del engaño.

 

¿Y el mundo de la verdad?

En donde los sentimientos ocultos, aquellos que derrumban almas, no existen.

Donde las relaciones puras, esas que sacuden cuerpos enteros, no se ocultan.

Donde los corazones realmente felices, esos que contagian de alegría, salen a las calles.

 

Ese mundo sincero…

en donde no buscamos cumplir expectativas ajenas,

simplemente nos mostramos como somos

y el resto no pretende que cambiemos a causa de ellos.

 

Sin falsedad…

donde la sinceridad es nuestra guía,

la felicidad nuestro camino

y la verdad nuestra meta.

 

Dime, ¿dónde está mi mundo?