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UNA DESPEDIDA

Una despedida es una puerta que se abre hacia las emociones y no siempre las más alegres son protagonistas de este momento.

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La tristeza, la nostalgia, la impotencia son las que te dan la bienvenida y te abren paso a un sinnúmero de recuerdos que, si has sido de los afortunados, en su mayoría son muy felices.

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Y es esa felicidad que viviste la que hace que, irónicamente, sean ahora las emociones tristes las que salgan a flote al momento de decir “Adiós”.

Son los recuerdos los que nos quedan y, lastimosamente, precisamos de ese instante en que nos damos cuenta que los momentos no volverán para ver lo valiosos que realmente son.

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Las risas, las conversaciones, los abrazos y hasta las bromas que se vivieron vuelven a un primer plano para recordarte lo afortunado que has sido.

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Hoy quiero dar gracias a mis valientes por darme una infinidad de momentos felices que hacen que sienta tanta tristeza a la hora de decirles adiós.

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Valientes…

Porque una despedida también es una puerta a nuevos cambios y es de valientes alejarse de lo conocido para dar inicio a una travesía en la que no se sabe qué encontrarán.

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Solo espero que en su nuevo camino otros afortunados tengan la dicha de encontrarlos y compartir maravillas junto a ustedes como lo hice yo.

 

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Nunca es tarde para valorar los momentos y las personas con quienes los vivimos. Procura que no hagan falta las despedidas para que sepan lo valiosos que son.

Imagen: Toy Story 3 scene

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